Las componentes del Taller itinerante de lectura y escritura "La silla de anea" asistimos a la presentación de la novela "El cantero Infiel" de la escritora conquese Teresa Palomino, obra galardonada con el Primer Premio del III Certamen de Novela Histórica Ciudad de Cuenca 2106 .
Palomino define su obra como un thriller lleno de intrigas, engaños, asesinatos, misterios…en el que destacan sus dos protagonistas, un cátaro y un templario, antagónicos, pero para los que, por encima de todo está la amistad que los une. Una amistad, apunta la autora, más allá de la muerte; en ese paraíso "que todos anhelamos y que muchas veces tenemos delante pero no somos capaces de ver".
La cita con esta novela histórica no puedo tener un entorno más apropiado, la Torre del homenaje de nuestra localidad.
Palomino define su obra como un thriller lleno de intrigas, engaños, asesinatos, misterios…en el que destacan sus dos protagonistas, un cátaro y un templario, antagónicos, pero para los que, por encima de todo está la amistad que los une. Una amistad, apunta la autora, más allá de la muerte; en ese paraíso "que todos anhelamos y que muchas veces tenemos delante pero no somos capaces de ver".
La cita con esta novela histórica no puedo tener un entorno más apropiado, la Torre del homenaje de nuestra localidad.
Fotos. Carmen Lara y Mar Pulido
A propósito ,ha comenzado el otoño.
A propósito ,ha comenzado el otoño.
El otoño es un barco que navega
con abrigos, silencios y paraguas,
sobre los parques y las arboledas.
¡Gaviotas amarillas!
Son las hojas que vuelan
y caen lentamente
hasta pisar la tierra.
El cielo frío se parece al humo
de los barcos sin velas
que dibujan el sueño de los vientos
con los pinceles de sus chimeneas.
Yo soy el marinero del otoño.
Mira mi barba seca
y las bellas gaviotas melancólicas
volando en mi cabeza.
En la orilla dormida de la tarde
hay olas de silencio y de tristeza.
Por las ramas desnudas,
por el agua secreta,
por los abrigos grises,
el otoño navega
como un barco perdido
sobre las arboledas.
Luís García Montero
con abrigos, silencios y paraguas,
sobre los parques y las arboledas.
¡Gaviotas amarillas!
Son las hojas que vuelan
y caen lentamente
hasta pisar la tierra.
El cielo frío se parece al humo
de los barcos sin velas
que dibujan el sueño de los vientos
con los pinceles de sus chimeneas.
Yo soy el marinero del otoño.
Mira mi barba seca
y las bellas gaviotas melancólicas
volando en mi cabeza.
En la orilla dormida de la tarde
hay olas de silencio y de tristeza.
Por las ramas desnudas,
por el agua secreta,
por los abrigos grises,
el otoño navega
como un barco perdido
sobre las arboledas.
Luís García Montero
Comentarios
Publicar un comentario